martes, 11 de marzo de 2014

A PESAR DE TODO VOTAR ES EL CAMINO

A PESAR DE TODO VOTAR ES EL CAMINO

El desencanto de los ciudadanos frente a los políticos hace parte del viejo señalamiento a los partidos políticos como responsables de nuestros males históricos y aunque sobren las evidencias para confirmar dicha hipótesis también es cierto que tras la acusación hay un ciudadano indiferente y que en ocasiones no asume su compromiso frente al destino de Colombia. 

Una percepción   generalizada se impone: los políticos son los representantes y agentes del “mal”,  contribuyendo de esta manera a la pérdida de confianza en la política. Todos parecen iguales. Esta tendencia globalizadora solo contribuye a alimentar una apatía que finalmente sustrae a la política de su esencia el debate, el argumento, las ideas y las concepciones. Condenamos sin escuchar la multiplicidad de voces y propuestas que esgrimen los candidatos.

Negar el argumento en el debate electoral, en ocasiones, es abrir el camino a la intolerancia, materializada en las conductas vandálicas, agresivas y otras violatorias de derechos fundamentales como al buen nombre y a la intimidad que se viven en el actual proceso electoral. La política es por principio el de la contradicción en un escenario de pluralidad y respeto

Satanizar la política bajo el entendido que es mala de por si es erróneo, por el contrario es una actividad, que en su forma primigenia, busca en el arte de gobernar la equidad, la justicia social, el desarrollo, la paz y la solidaridad. Sin lugar a dudas en el mundo de propuestas, quizá muchos candidatos encarnen dichas finalidades. Debemos rescatar la política de la politiquería, reivindicarla como una acción ética frente al poder y orientada por el bienestar de la sociedad. Algunos alegan otros escenarios de la política y desde luego son diversos y válidos, pero el electoral es fundamental en el campo de las decisiones para la colectividad, por ello no puede ser abandonado a unos pocos.

A pesar de la fragilidad de la política envuelta en la corrupción y viejas costumbres clientelares, que cada día se robustecen votar es el camino para que vayamos cambiando este presente. Porque debemos caminar de la indiferencia a la propuesta, delegando temporalmente nuestra capacidad de decisión en políticos, partidos e instituciones que contribuyan a posibilitar los cambios que necesita Colombia. Votar es cerrarle el paso a la violencia y convertir la política en la manera democrática de decidir el país que soñamos.


Por: Jacinto Pineda Jiménez, Coordinador Académico Territorial, ESAP Boyacá Casanare 

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