A PESAR DE TODO VOTAR ES EL
CAMINO
El desencanto de los
ciudadanos frente a los políticos hace parte del viejo señalamiento a los
partidos políticos como responsables de nuestros males históricos y aunque
sobren las evidencias para confirmar dicha hipótesis también es cierto que tras
la acusación hay un ciudadano indiferente y que en ocasiones no asume su compromiso
frente al destino de Colombia.
Una percepción generalizada se impone: los políticos son los
representantes y agentes del “mal”, contribuyendo de esta manera a la pérdida de
confianza en la política. Todos parecen iguales. Esta tendencia globalizadora
solo contribuye a alimentar una apatía que finalmente sustrae a la política de su
esencia el debate, el argumento, las ideas y las concepciones. Condenamos sin
escuchar la multiplicidad de voces y propuestas que esgrimen los candidatos.
Negar el argumento en el
debate electoral, en ocasiones, es abrir el camino a la intolerancia, materializada
en las conductas vandálicas, agresivas y otras violatorias de derechos
fundamentales como al buen nombre y a la intimidad que se viven en el actual
proceso electoral. La política es por principio el de la contradicción en un
escenario de pluralidad y respeto
Satanizar la política bajo
el entendido que es mala de por si es erróneo, por el contrario es una
actividad, que en su forma primigenia, busca en el arte de gobernar la equidad,
la justicia social, el desarrollo, la paz y la solidaridad. Sin lugar a dudas
en el mundo de propuestas, quizá muchos candidatos encarnen dichas finalidades.
Debemos rescatar la política de la politiquería, reivindicarla como una acción
ética frente al poder y orientada por el bienestar de la sociedad. Algunos
alegan otros escenarios de la política y desde luego son diversos y válidos,
pero el electoral es fundamental en el campo de las decisiones para la
colectividad, por ello no puede ser abandonado a unos pocos.
A pesar de la fragilidad de
la política envuelta en la corrupción y viejas costumbres clientelares, que
cada día se robustecen votar es el camino para que vayamos cambiando este
presente. Porque debemos caminar de
la indiferencia a la propuesta, delegando temporalmente nuestra capacidad de
decisión en políticos, partidos e instituciones que contribuyan a posibilitar los
cambios que necesita Colombia. Votar es cerrarle el paso a la violencia
y convertir la política en la manera democrática de decidir el país que
soñamos.
Por: Jacinto Pineda Jiménez,
Coordinador Académico Territorial, ESAP Boyacá Casanare
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