lunes, 25 de junio de 2012

EL DOLOR AJENO ES PROPIO

Después del asombro, horror y rabia que causó la muerte de Rosa Elvira, brutalmente violada y asesinada en la ciudad de Bogotá, viene el olvido. La indignación vive entre nosotros hasta cuando la amnesia la convierte en recuerdo; es decir muere tan pronto deja de ser noticia. Este no es un problema coyuntural, sino estructural y por ende decisivo para nuestro propio fut
uro. Sin duda la violencia ejercida hacia la mujer es consecuencia del conjunto de valores arraigados en nuestra sociedad y de las relaciones económicas y políticas predominantes. Por ello la necesidad de pensar en una política pública con perspectiva de mujer y de géneros; orientada a la inclusión y la protección efectiva de los derechos humanos, la cual debe plasmarse en programas que prevengan la violencia intrafamiliar, el acoso y el abuso sexual.

Sorprendidos ante la atrocidad ajena perdemos de vista que Boyacá es uno de los departamentos donde más se vulneran los derechos humanos de las mujeres. En Colombia según cifras del Instituto de Medicina Legal para el año 2011 se valoraron 20.287 casos por presunto delito sexual en Colombia, donde 83,8% de los informes periciales se practicó a mujeres y de ellas el 70.38% a menores de edad 14 años. Quizá, por su impacto, la cifra más preocupante es que el 13.07 de los casos las víctimas son menores de 4 años. Ahora de los 76.693 casos de violencia familiar registrados en el país, el 65.1% corresponden a la violencia entre pareja y de estos el 88.25% son victimas las mujeres.

Boyacá frente a la tasa violencia sexual, con una tasa de 45 casos valorados por presunto delito sexual por cada cien mil habitantes, ocupa el sexto lugar en ocurrencia frente al resto del país. Pero quizá de los hechos más significativos lo representa el aumento de casos de violencia sexual en Tunja, pues de registrar 97 exámenes médicos legales por presunto delito sexual en el 2010 pasó a 113 en el año 2011, es decir un aumento del 16.5%, de los cuales el 90% fue practicado a mujeres. Lo anterior representa una tasa de 69 casos por cada cien mil habitantes, muy superior a las registradas en el departamento y la nación. Ahora en la misma ciudad, de los 834 casos de violencia intrafamiliar, el 61.8% corresponde violencia entre pareja y el 17.9% los afectados niños y niñas. Resulta indignante lo que ocurre en otras partes, pero no menos dolorosa que la realidad de las mujeres boyacenses.

POR JACINTO PINEDA JIMÉNEZ
Docente ESAP, Territorial Boyacá – Casanare
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